21/04/25
Todas las personas tienen derecho a participar en su comunidad
Hoy queremos contar algunas situaciones que viven muchas personas en su día a día. Para algunas, actividades de la vida cotidiana no son un problema. Pero para otras, pueden ser un gran obstáculo para participar en la vida de su comunidad.
Accesibilidad física: cuando no puedes entrar a un sitio
Imagina que vas por la calle, quieres entrar a una tienda, a la peluquería o a cualquier otro sitio. Si caminas, quizá no te das cuenta de si la entrada tiene escalones o es difícil de acceder. Pero si vas en silla de ruedas o tienes movilidad reducida, cualquier escalón puede ser una barrera muy grande.
Algunos sitios tienen rampas móviles, que no están siempre puestas. A veces hay que llamar a gritos para que alguien del interior la saque. Esto puede hacer que la persona se sienta como si molestara. Además, muchas de esas rampas no son seguras: son estrechas, demasiado inclinadas o no soportan el peso de una silla eléctrica.
Accesibilidad cognitiva: entender lo que nos dicen
Una parte de la accesibilidad cognitiva es hablar en un lenguaje sencillo o utilizar recursos de apoyo para que las personas entiendan bien lo que se les dice o se les da por escrito.
Por ejemplo, cuando vas al médico o al banco, puede que te hablen con palabras difíciles o con frases largas. Si no lo entiendes bien, puedes confundirte o no saber qué decisión tomar. Es muy importante que las personas profesionales hablen claro y expliquen bien las cosas, para que todo el mundo entienda.
También ayuda mucho tener información en lectura fácil, con dibujos o pictogramas, y con apoyos cuando se necesitan.
Accesibilidad sensorial: poder ver o escuchar lo importante
Muchas personas necesitan señales que puedan ver o escuchar para moverse por su comunidad. Por ejemplo, en los autobuses es importante que haya una pantalla que diga cuál es la próxima parada o que una voz lo diga en alto. Si no hay estas señales, las personas sordas o con baja visión pueden perderse o depender de otras personas para saber cuándo bajarse.
Tener estas señales ayuda a que las personas sean más autónomas y seguras.
Si no hay accesibilidad, algunas personas quedan fuera
Cuando los lugares, servicios o actividades no están adaptados para todas las personas, muchas se quedan fuera. No pueden participar como las demás. Esto hace que se sientan solas o que no puedan hacer las mismas cosas que otras personas.
Cuando nuestra comunidad no tiene medidas de accesibilidad universal, las personas pueden aislarse en casa o perder amistades.
Por eso, la accesibilidad no es un extra. Es un derecho. Todos y todas tenemos derecho a participar en la vida de nuestra comunidad. Y para que eso sea posible, es necesario eliminar las barreras y pensar en todas las personas al diseñar los espacios, los servicios y la información.

Programa Creaccesibilidad. Promoción de la accesibilidad como derecho. Actividad subvencionada con cargo a la asignación tributaria del 0,7%. Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad.